Uno
de los productos típicos de Holanda ya nos hemos enterado que es el
queso. Y todos pensamos...por qué no hacer queso? Una idea es
ponerse el delantal y aprender a preparar queso.
Pues
nos pusimos manos a la obra. Todos y todas nos lavamos las manos.
Nos
informamos en un libro de costumbres de Trevélez donde está la
receta y la seguimos. Primer paso, ingredientes.
Segundo
paso, utensilios
Lo
primero era calentar la leche y llevarla a la ebullición. Esta
leche debe hervir. Una vez cocida se deja enfriar hasta que alcance
una temperatura templada.
Cuando
la leche ha alcanzado la temperatura adecuada se le agrega el cuajo
líquido que previamente lo hemos disuelto y se remueve enérgicamente
procurando que quede una mezcla homogénea.
En
contacto el cuajo con la leche provoca que esta se corte y se cuaje
formando zonas más espesas que las otras, por esta razón es
importante remover bien la leche cuando se mezcla con el cuajo
líquido.
Cuando
está bien mezclado se deja reposar 30 minutos más. Mientras tanto
se van preparando los utensilios para colarlo.
Una
vez colado vamos cogiendo puñados para terminar de presionar la
cuajada para eliminar el suero.
Lo
vamos colocando bien apretadito en la pleita. Tiene que quedar bien
prensado.
Y
en este momento le ponemos peso encima para exprimir el suero.
Como
buenos cocineros terminamos recogiendo y fregando todos los cacharros
utilizados
El
resultado final
y
ahora...a comer! Con miel, mermelada o simplemente azúcar.
¡Qué
aproveche, chicos!
Pero en esta actividad además de
pasarlo bien, también hemos investigado, leído y escrito sobre la
receta, hemos medido cantidades, … en definitiva, hemos aprendido
divirtiéndonos.
Me parece que estos alumnos tienen una gran suerte al tener una maestra que los motiva tanto y... con la que aprenden jugando. Me encanta. Enhorabuena a todos y todas.
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